Aves Prepyr365

El otoño se acerca poco a poco, y con él también el paisaje de nuestros cielos. No solamente por los preciosos atardeceres que disfrutamos desde hace unas semanas, sino también debido al cambio de fauna que vuela sobre nuestras cabezas. La fauna silvestre, y más en concreto las aves, tienen marcadas costumbres que se dejan ver en cada cambio de estación. Claro, es mucho más fácil ver un ave surcando el cielo que una serpiente que se arrastra entre la maleza.

En este breve artículo queremos mostrar estos cambios, e invitar a todo aficionado/a a la naturaleza a descubrir qué aves se pueden encontrar sin mucha dificultad en el cielo (u otros lugares) del Prepirineo aragonés.

La migración de las Grullas

Las grullas ya se encuentran en territorio aragonés. Con la llegada del frío son de las primeras especies en aparecer, o por lo menos las más vistosas y ruidosas, pues sus bandadas de cientos de ejemplares no pasan desapercibidas. Esta ave de envergadura amplia, llegando a los dos metros, cruza España utilizando la ruta occidental, y durante los últimos años no solamente ha encontrado en Aragón un lugar de paso, sino que también pasan el invierno un buen número de ejemplares.

Los mejores momentos para ver estas aves son el amanecer y el atardecer, desde donde salen o llegan a sus dormideros para pasar la noche juntas y seguras. No vamos a explicar mucho más de ellas, ya que tienes toda la información importante sobre las grullas del Prepirineo en este artículo que publicamos hace un tiempo: https://www.prepyr365.com/blog/las-grullas-prepirineo/

 

Milanos Reales

 El milano real es un ave muy oportunista. Es frecuente verlo desde el coche surcando los cielos por encima de la carretera, sin duda buscando cualquier resto de animal atropellado que le pueda servir de alimento. Es un ave rapaz, y buscará alimentarse de ratones, topillos y demás animales pequeños, pero no desaprovecha un buen pedazo de carne gratis.

Es una de las aves más fáciles de distinguir, debido fundamentalmente a su cola ahorquillada y su tamaño mediano. Con un poco más de cercanía, se dejan ver además su cabeza plateada y las alas con sus características manchas blancas, inconfundible. En España, su población aumenta durante el invierno, pues también es un ave de costumbres migratorias y a pesar de que se pueden ver muchos por el Prepirineo, su población va en descenso.

Si tienes la suerte de cruzarte con un dormidero de milanos en el camino, te recomendamos que disfrutes del espectáculo al atardecer. En el Prepirineo hay unos cuantos, generalmente en choperas rodeadas de campos de cultivo y bajo monte, que todas las tardes se llenan de cientos de milanos que sobrevuelan las copas de los árboles para ir descendiendo a su lugar de descanso. Si cerca del crepúsculo adviertes un gran número de estas aves a tu alrededor, seguramente haya un dormidero no muy lejos.

Busardo ratonero y cernícalo vulgar

Estas rapaces se encuentran en España durante todo el año, pero en invierno son más fáciles de ver debido a cierta migración desde el norte de Europa y a la búsqueda de alimento en zonas más pobladas. Los lugares más habituales para ver estas aves en invierno son los postes de riego por aspersión de algunos campos, y los postes de madera de los tendidos eléctricos.

El busardo ratonero es un ave mediana, más grande que el cernícalo y menos que el milano, rechoncho cuando está posado, y distinguible cuando alza el vuelo. Es frecuente verla en las zonas poco transitadas y de carreteras secundarias que transcurren por campos de cultivo de arrozales o similar. Cuando alza el vuelo, se le puede distinguir entre su color pardo una franja blanca pectoral, y unas alas no muy largas y un tanto anchas con los bordes pardos pero donde predomina el color blanco con manchas moteadas marrones. En ocasiones se puede confundir debido a que cambia mucho esta coloración entre ejemplares.

El cernícalo vulgar sin embargo es mucho más fácil de identificar. Es un ave mediana, tirando a pequeña, con una coloración anaranjada con motas negras en el dorso que se puede ver cuando está parada en los tendidos eléctricos. En vuelo, se distingue su cola larga y alas afiladas, y su zona ventral blanca con motas oscuras. Además, su propio nombre “cernícalo”, nos indica una de sus mayores características de vuelo, y es que se cierne en el aire manteniéndose parado en el mismo sitio sin apenas moverse, pudiendo apreciarlo perfectamente cuando esto ocurre.

Lavadera blanca

Mucho más pequeña que cualquiera de las mencionadas antes, esta ave de menor tamaño que un gorrión, se deja ver a menudo en los cascos urbanos, con su característico color blanco, gris y negro, y su cola alargada. Se junta en dormideros que pueden llegar hasta miles de ejemplares, y se deja ver en entornos humanizados, así que puedes encontrártela paseando casi por cualquier pueblo del Prepirineo.

Su tamaño pequeño pero estilizado y su tonalidad la hacen muy bella y esbelta, llamando la atención cuando la ves entre las bandadas de gorriones o estorninos que pueblan las ciudades y pueblos.

Treparriscos

De las más frecuentes, nos vamos ya a las aves más complicadas de ver. El Treparriscos es una de las aves más características del Pirineo, y habita normalmente en montañas de más de 2000 metros, pero durante el invierno es posible verla a menor altitud, y un buen número de ejemplares se dejan ver en el Prepirineo.

Es pequeña pero inconfundible. Tiene un vuelo errático que no suele ser muy largo, ya que la mayor parte del tiempo lo pasa, como su propio nombre indica, trepando por las paredes. Si lo ves, lo reconocerás por ir caminando por paredes rocosas y verticales buscando insectos de los que alimentarse. Pero sin duda su mayor característica es una mancha color carmín que tiene en sus alas, llamando la atención bajo ese plumaje grisáceo y negro predominante.

En zona Prepyr365 puedes encontrarla en invierno en Rodellar, Alquézar, o el entorno del embalse de Vadiello, siempre caminando por la pared y muchas veces incluso en el entorno de los pueblos. Es una especie difícil de ver, con lo que si la encuentras puedes sentirte muy afortunado/a.

Quebrantahuesos

Con la llegada del otoño comienza también el celo del quebrantahuesos. Su época reproductora suele comenzar en el Prepirineo sobre los meses de noviembre y diciembre, donde se les suele ver más activos que de costumbre.

El quebrantahuesos es un ave muy complicada de ver debido a los pocos ejemplares que hay. Permanece durante años en los puestos más altos de las listas en peligro de extinción, y es que cada pareja apenas es capaz de sacar adelante un pollo al año. Es por ello que es muy importante la labor de conservación que realizan fundaciones y asociaciones de protección de la naturaleza, ya que en gran parte de ellos depende su supervivencia.

En la sierra de Guara podrás verlo sobre todo en el entorno del cañón del río Vero y del Mascún, alrededor de las localidades de Alquézar y Rodellar. También se deja ver por la zona del congosto de Olvena en el Somontano. En la Hoya de Huesca puede verse por los Mallos de Riglos o Vadiello, y en las Cinco Villas es más complicado pero puede aparecer en la Sierra de Santo Domingo.

Su silueta es bastante inconfundible, con alas largas y no muy anchas, y su característica cola en forma de diamante. Los colores del adulto suelen ser con el vientre anaranjado, y alas y cola negras. Surca los cielos muchas veces en compañía de los buitres leonados, ya que comparte con ellos parte de su dieta. El quebrantahuesos es un espectáculo cuando se alimenta, ya que parte los huesos de los cadáveres lanzándolos desde lo alto para luego tragarse los trozos que quedan enteros, y es que su estómago es una planta química que deshace prácticamente todo lo que entra en su interior.