Prepirineo de proximidad. Un territorio con carácter propio.
El Prepirineo Aragonés es un lugar que sorprende a quien lo descubre, algo normal si tenemos en cuenta que no hay muchos lugares en el mundo que alberguen semejante diversidad en tan poco territorio: en apenas un par de horas de coche puedes pasar por desiertos, bosques, cañones y montañas. Es de locos.
De esta diversidad trata el primer capítulo de la miniserie “Prepirineo de Proximidad”: cuatro capítulos de poco más de un minuto en los que, de manera muy resumida, damos a conocer las bondades de un territorio que por su cercanía con los Pirineos ha pasado desapercibido demasiado tiempo.
Capítulo 1: “Territorio de diversidad”
En la parte más occidental del Prepirineo aragonés están las Bardenas aragonesas, un lugar muy conocido por sus zonas de desierto estepario, que cuenta con lugares tan curiosos como los Aguarales de Valdemilaz (en la localidad de Valpalmas), sitio que tiene el sobrenombre de “la pequeña Capadocia” dado su parecido con el famoso destino turístico turco. Pero es que haciendo límite con este desierto, ya podemos entrar en bosques de pino negro en las que sobresalen “rallas” rocosas (así las llaman allí) donde anidan todo tipo de buitres y rapaces, “La Bardena Negra” que la llaman, declarada “Zona de Especial Protección de las Aves”, un título que prácticamente tiene todo el Prepirineo.
Sin siquiera salir de la comarca de las Cinco Villas, del desierto estepario y los bosques de pino negro, pasamos a la Sierra de Santo Domingo. El pino también predomina en esta sierra, pero ya encontramos alguna rareza, como el “Fayar de Gozapaño”, un hayedo precioso que no imaginamos tan alejado del Pirineo, o la presencia del río Arba de Luesia como estandarte, con muchos barrancos y torrentes que riegan esta sierra declarada Paisaje Protegido. La “ruta de las Lezas”, la de “los barrancos”, o “el Pozo Pígalo”, dentro de la iniciativa “Senderos de Leyenda” de la comarca 5 villas junto con Prepyr365, son paseos que te llevarán por lugares en los que el agua es muy protagonista.
Más hacia el este, el río Gállego y las magníficas formaciones rocosas del Reino de los Mallos cambian de nuevo el paisaje para hacernos sentir muy pequeñitos. Tanto los Mallos de Agüero como los de Riglos salen bajo nuestros pies para superarnos en cientos de metros, como el gran muro del norte en Juego de Tronos. De hecho podría haberse rodado allí alguna escena de esta serie, pues también tenemos uno de los castillos medievales mejor conservados del mundo: el Castillo de Loarre, a escasos kilómetros de las paredes naturales de los Mallos y mundialmente famoso tras aparecer en la famosa película de Ridley Scott, “El reino de los cielos”.
Continuamos viajando al este con la conocida Sierra de Guara, una sierra que no tiene grandes picos, pero en la que los cañones fluviales han esculpido laberintos que la han convertido en una de las zonas del mundo con mayor número de barrancos deportivos, algunos preciosos y de fama mundial como el Mascún o el Gorgas Negras. Y es que los paisajes que nos regalan este tipo de formaciones son absolutamente espectaculares.
Capítulo 2: “Recuperando el legado”
Otro de los motivos de orgullo del Prepirineo es el legado histórico y cultural que tenemos. Por nuestras tierras tenemos pinturas rupestres de época prehistórica, yacimientos del imperio romano como el de “los bañales”, castillos de época medieval como el citado Loarre, Uncastillo o Sos del rey Católico, y un sinfín de iglesias y ermitas que desde el románico hasta nuestros días pueblan todo el territorio. Ha sido tierra de reyes, y también frontera muchos años con otros reinos y culturas, como la musulmana o sefardí que dejaron tras de sí un legado importante.
De todas estas culturas no quedan hoy sólo edificios y ruinas, sino también tradiciones que arrastramos hasta nuestros días, senderos y caminos que conformaban las redes de comunicación de entonces, y miles y miles de anécdotas e historias que sea por escrito o por tradición oral nos llegan hasta nuestros días. Aquí podemos incluir recetas y productos de la mejor gastronomía aragonesa, pues es un territorio donde se come realmente bien y en el que tanto la caza como la horticultura nos ofrecen productos de primera calidad.
Capítulo 3: “Orgullo Prepirenaico”
Pero estos pequeños capítulos, píldoras para mostrarnos este territorio que no se puede resumir en tan pocas imágenes, son un reflejo de la voluntad de los habitantes de la actualidad por recuperar lugares para vivir y trabajar que habían quedado casi olvidados. Esta zona sufrió un terrible éxodo rural en la época industrial que ha dejado durante muchos años el territorio vacío, sin vida, con pocas opciones laborales y una tradición devastadora de mandar a nuestros hijos/as a “buscar un futuro mejor en las ciudades”. Esta tendencia está dándose la vuelta, con las ciudades cada vez más esquilmadas de posibilidades, la vuelta al campo, a lo rural, está cada vez más presente.
Nos hemos dado cuenta de que se puede vivir bien aquí, y además la mejor manera de hacerlo es colaborando entre las personas que queremos un territorio activo. Por fin nos hemos quitado una venda que la moda de las ciudades nos puso en los ojos diciendo que las zonas rurales no valían, y hemos sacado pecho para defender un modo de vida que juntos, podemos perpetuar durante generaciones.
Capítulo 4: “Prepirineo Sostenible”
Llegados a este capítulo, las perspectivas son de futuro, y entendemos que no hay un futuro alentador si no es mediante la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. La naturaleza nos lo da todo, y es por ello que es fundamental cuidarla para que podamos disfrutar de todas sus bondades. Aquí es donde la despoblación jugó paradójicamente a nuestro favor, puesto que el abandono, aunque en muchos casos perjudicial por dejar caer edificios de un valor incalculable, también ha permitido que partamos de un territorio casi salvaje.
El turismo en el Prepirineo debe ser sostenible si o si. No podemos dejar que las prisas estropeen un territorio tan bonito y con tantas posibilidades. Hacer las cosas bien es más costoso, más largo en el tiempo, pero sin duda la recompensa es infinitamente superior, y esto es algo que requiere la colaboración de todo el que quiera vivir aquí. Si somos capaces de fomentar una economía circular, de cercanía, de cuidado de la naturaleza y el medio ambiente, vamos a poder ofrecer un turismo de calidad que beneficie al territorio en si mismo, y a quienes habitamos en él.
Ahora tenemos que esperar que las administraciones nos apoyen, los empresarios comprendan la necesidad de hacer las cosas bien, y así podremos enseñar al mundo que el Prepirineo es una de las zonas más bonitas y con mayor legado histórico del mundo para visitar. Sin antiguos complejos. Con orgullo y la cabeza bien alta. Somos Prepirenaicos.