La primera parte del sendero, se realiza por el denominado "Camino de la Montaña" entre muros de piedra seca (creados para evitar que el ganado trashumante entrara en los campos de cereal). Siguiendo este camino atravesaremos el núcleo despoblado de Cheto.
Esta primera parte se realiza entre zonas de sombra de encinas, quejigos y olivos (antiguos cultivos agroforestales), con un sotobosque formado por monte bajo de sauco (Sambucus nigra), madroño (Arbutus unedo), enebro (Juniperus oxicedrus), sabina (Juniperus phoenicea), romero (Rosmarinus oficinalis), aliaga (Genista scorpius), etc. Sobre los muros secos destaca el ombligo de venus (Umbilicus rupestris).
La segunda parte del sendero se realiza a media ladera del barranco de la Virgen, que desemboca en el río Mascún, por el que continuaremos de vuelta a Rodellar. Este nuevo paisaje nos permite observar la formación de los cañones fluviales kársticos (erosión de la roca caliza por el paso del agua), dibujándose abruptos valles de paredes verticales, hábitat de un grán número de especies de interés, tanto faunísticas (quebrantahuesos, alimoche, buitre leonado o treparriscos, etc), como botánicas pino silvestre (Pinus sylvestris), sabina (Juniperus phoenicea), té de roca (Jasonia glutinosa), oreja de oso (Ramonda myconi), corona de rey (Saxifraga longifolia, ...).
Desde Rodellar parte el sendero circular, de unas dos horas de duración, que nos conducirá por dos ecosistemas de grán interés paisajístico, geomorfológico y botánico: el encinar mediterráneo y el cañon fluvial montano.
La vegetación se caracteriza tanto por el clima (hibrido entre atlántico y mediterráneo), como por el acusado desnivel y la sinuosidad del relieve.
Una de las características más notables de la vegetación es el contraste entre las vertientes norte y sur. En la vertiente Norte (clima atlántico), el quejigar ocupa grandes extensiones, siguiéndolo en altura los pinares de pino silvestre y bosquetes de hayas. A mayor altura encontramos al pino negro, acompañado por algunos pies de abetos. En la vertiente Sur (clima mediterráneo), es el bosque mediterráneo por excelencia, el encinar, el predominante, junto al pino silvestre a mayor altitud. El sotobosque está formado sobre todo de boj, erizón y, en menor medida, coscoja.
La ruta recorre la unidad geomorfológica del Pirineo Aragonés, denominada Sierras Exteriores. Las cuales están formadas por un relieve montañoso de calizas, arcillas y areniscas, entre los 600 y los 2000 metros de altura, lo que le proporciona un gran número de diferentes ecosistemas (mosaico agrícola de montaña, bosques, pastos, valles y cañones fluviales).
La ruta recorre la unidad geomorfológica del Pirineo Aragonés, denominada Sierras Exteriores. Las cuales están formadas por un relieve montañoso de calizas, arcillas y areniscas, entre los 600 y los 2000 metros de altura, lo que le proporciona un gran número de diferentes ecosistemas (mosaico agrícola de montaña, bosques, pastos, valles y cañones fluviales).
La vegetación se caracteriza tanto por el clima (hibrido entre atlántico y mediterráneo), como por el acusado desnivel y la sinuosidad del relieve.
Una de las características más notables de la vegetación es el contraste entre las vertientes norte y sur. En la vertiente Norte (clima atlántico), el quejigar ocupa grandes extensiones, siguiéndolo en altura los pinares de pino silvestre y bosquetes de hayas. A mayor altura encontramos al pino negro, acompañado por algunos pies de abetos. En la vertiente Sur (clima mediterráneo), es el bosque mediterráneo por excelencia, el encinar, el predominante, junto al pino silvestre a mayor altitud. El sotobosque está formado sobre todo de boj, erizón y, en menor medida, coscoja.